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El análisis crítico del racismo


Como todos sabemos, los derechos humanos son las facultades, prerrogativas y libertades fundamentales de que goza una persona y que se derivan de su dignidad, por lo que no pueden ser vulnerados y por ello los Estados y las leyes que los rigen tienen la obligación de reconocerlos, difundirlos, protegerlos y garantizarlos.
Todas las personas, sin importar su edad, religión, sexo o condición social, gozan de estos derechos, los cuales son indispensables para el desarrollo integral del individuo; sin embargo también debemos respetar los derechos humanos de las demás personas, pues tenemos obligaciones que cumplir.
Reconocemos que en todos los países del mundo se violan los derechos de las personas, pues nos enteramos por los medios de comunicación sobre, la inseguridad, violencia, muertes, secuestros, discriminación, racismo, robos, etc. que crean   inestabilidad en muchos   países.  


En esta oportunidad se hace énfasis en el racismo, que está perjudicando a muchas personas alrededor del mundo. El racismo se define   una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas.   Apareció en Europa en el siglo XIX con el fin de justificar la supremacía de una supuesta "raza blanca" sobre el resto de la Humanidad.
En algunos países de Europa, los medios de comunicación demuestran que la discriminación es un tema frecuente, sin embargo la frecuencia con que distribuyen las noticias y la cobertura es mínima, ya que se reduce a uno o dos artículos diarios, sin profundizar en la problemática.   La investigación y experiencia han demostrado que los diversos grupos de etnias minoritarias están sujetas a condiciones sociales de una precariedad postrera.



La discriminación por parte de la “Raza blanca”


La supremacía blanca o supremacismo blanco es una ideología que sostiene que la raza blanca (definida ésta por elementos biológicos, culturales e incluso morales) es superior a otras razas. Este término se usa para describir una ideología política que promueve el dominio social y político de los blancos. Se basa en el etnocentrismo y un deseo de hegemonía sobre los pueblos no-blancos.

El supremacismo blanco suele asociarse con el racismo en contra de los negros, indígenas o amerindios, mestizos y frecuentemente al antisemitismo, creyendo que los judíos no son lo suficientemente blancos, aunque también ha sustentado la discriminación hacia algunos pueblos de Asia.

Se encuentran grupos de supremacía blanca en países con poblaciones de blancos o caucásicos, incluyendo Europa (incluyendo toda Rusia), Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Latinoamérica. Estos grupos son observados como grupos de odio, y varios países han aprobado legislaciones que limitan este tipo de organizaciones.

Estados Unidos antes y después de la Guerra de Secesión Norteamericana, eran un país de supremacistas blancos tanto en lo político como en lo social y económico, del mismo modo que lo fue Sudáfrica durante el Apartheid. En la actualidad se debate intensamente sobre la influencia continua del supremacismo blanco, su alcance y naturaleza en la cultura occidental.

La supremacía blanca se emplea a veces en un sentido algo más amplio, defendiendo no solamente la idea filosófica de que la raza blanca es superior a otras razas, sino que aquella debería ejercer su dominio sobre éstas.




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